La batalla de los satélites de Internet: ¿el fin de la brecha digital en zonas aisladas de Chile?

En los rincones más remotos de Chile, donde las torres de telecomunicaciones nunca llegaron y los cables de fibra óptica son imposibles de desplegar, está ocurriendo una revolución silenciosa. Desde la Patagonia hasta el Desierto de Atacama, pasando por Isla de Pascua ubicada a 3.500 kilómetros del continente, miles de personas están experimentando por primera vez lo que significa tener acceso a internet de alta velocidad gracias a una nueva generación de tecnología satelital. La pregunta que surge naturalmente es si esta “batalla de los satélites” liderada por empresas como Starlink, OneWeb y el futuro Project Kuiper de Amazon, finalmente logrará eliminar la brecha digital que históricamente ha separado a las zonas urbanas de las rurales en Chile.​

El estado de la brecha digital en Chile

Chile ha logrado avances significativos en conectividad durante los últimos años. Según datos oficiales de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), el 94.3% de los hogares chilenos tiene acceso propio y pagado a internet en 2024, considerando tecnologías fijas y móviles. Sin embargo, estas cifras agregadas ocultan una realidad más compleja: mientras el acceso urbano alcanza el 96.8%, en zonas rurales llega al 94.5%, marcando una brecha de 2.3 puntos porcentuales.

El verdadero desafío se encuentra en la calidad y tipo de conexión. En zonas rurales, más de la mitad de los hogares depende exclusivamente de conexiones móviles, el doble que en áreas urbanas. En materia de internet fijo, la situación es más preocupante: la cobertura alcanza al 72% de los hogares urbanos, pero solo al 32% en comunas rurales. Esta desigualdad tiene consecuencias directas en educación, salud, emprendimiento y desarrollo local, perpetuando la inequidad territorial que ha caracterizado históricamente al país.

Los actores de la batalla satelital

Starlink: el pionero disruptivo

Starlink de SpaceX llegó a Chile en 2021 y al cierre de 2023 ya contaba con 41.000 clientes en el país. Su propuesta es revolucionaria: una constelación de miles de satélites en órbita terrestre baja (LEO) que orbitan entre 340 y 1.200 kilómetros sobre la Tierra, ofreciendo velocidades de descarga entre 50 Mbps y 300 Mbps con latencias de 20 ms a 50 ms.

En Chile, el servicio residencial tiene un costo mensual de $47.000, con un cargo único por el kit de instalación de $337.000. La compañía ofrece cobertura en todo el territorio nacional y se ha convertido en la opción preferida para zonas donde la fibra óptica no llega. Las cifras confirman el crecimiento explosivo: las conexiones satelitales en Chile crecieron un 72.7% en un solo año.

Los testimonios de usuarios en zonas rurales son reveladores. En Reddit, usuarios reportan conexiones estables en la Región del Maule, cerca de Puerto Varas, en Linares junto a las montañas y hasta en el Parque Nacional Conguillío, con velocidades promedio de 150-200 Mbps. Un usuario en Valle del Elqui, Coquimbo, reporta 200 Mbps de descarga y destaca que “tengo mejor conexión que alguien en medio de la ciudad con una compañía tradicional de internet”.

OneWeb: el competidor corporativo

OneWeb, ahora parte de Eutelsat, representa una aproximación diferente. Su constelación de 648 satélites opera a altitudes de alrededor de 1.200 kilómetros, ofreciendo velocidades de hasta 100 Mbps con latencia reducida. A diferencia de Starlink, OneWeb se ha enfocado principalmente en clientes empresariales, marítimos y gubernamentales, con planes que van desde $395 hasta $39.500 dólares mensuales según capacidad y sector.

En Chile, OneWeb está disponible a través de distribuidores como Convergia, que ofrecen soluciones de nivel empresarial con acuerdos de nivel de servicio (SLAs) que garantizan disponibilidad y rendimiento. Su estrategia complementa más que compite directamente con Starlink, enfocándose en sectores que requieren conectividad robusta y confiable en ubicaciones desafiantes.

Project Kuiper de Amazon: el gigante que se aproxima

Amazon está desarrollando Project Kuiper, una constelación de más de 3.200 satélites que operarán en órbita terrestre baja entre 590 y 630 kilómetros de altura. El primer lanzamiento ocurrió en abril de 2025, iniciando un despliegue que contempla más de 80 lanzamientos.

Lo más relevante para Chile es que Amazon eligió a Vrio Corp (casa matriz de DirecTV Latin America) para desarrollar el mercado en Sudamérica. Según declaraciones del CEO de Vrio, “los primeros países de la región en contar con el servicio de internet satelital de Amazon Kuiper serán Argentina y Chile”, con lanzamiento previsto para finales de 2025 o principios de 2026. Los precios se estiman similares a Starlink, partiendo de unos 29 euros al mes.

Otros competidores locales

En el mercado chileno también operan HughesNet, con el mayor nivel de cobertura alcanzando el 98% del territorio nacional en 313 comunas, y proveedores como Claro, Orbith y otras empresas regionales. HughesNet ofrece planes desde $41.490 mensuales, mientras que Orbith parte desde $37.800 por 6 meses, posicionándose como alternativas más económicas aunque generalmente con velocidades inferiores a Starlink.

Impacto transformador en sectores clave

Educación: cerrando brechas de conocimiento

El proyecto “UnlimitED”, fundado por emprendedores en alianza con Enseña Chile, ejemplifica el impacto educativo del internet satelital. En la Escuela El Porvenir de Pirehueico, Región de Los Ríos, estudiantes y profesores que antes dependían de una conexión intermitente ahora tienen acceso estable, ilimitado y gratuito mediante Starlink.

La directora de la escuela, Jacqueline Rickenberg, destaca: “como escuela seremos un punto de encuentro para la comunidad, donde los apoderados y vecinos podrán realizar diversos trámites que antes era imposible efectuar”. El proyecto no solo provee conectividad sino también acompañamiento mediante cursos que incentivan el desarrollo de habilidades digitales y uso responsable de internet.

En Magallanes, el Servicio Local de Educación Pública firmó un convenio con Enseña Chile que equipará con internet satelital Starlink a 15 establecimientos educacionales rurales. Las pruebas desde la Escuela Bernardo de Bruyne en Río Verde se desarrollaron sin interferencias, permitiendo videoconferencias de alta calidad.

Un profesor de la Isla Aulín, Región de Los Lagos, que antes confiaba en una intermitente señal de teléfono celular, expresa el cambio: “Hay días que simplemente no había cobertura. Era casi imposible poder conectarse a las reuniones online, dramático cuando tengo que enviar correos, subir archivos, trabajar en las plataformas que se nos exige”. Tras la implementación de internet satelital HughesNet, tanto la profesora como los estudiantes tienen acceso a recursos educativos actualizados, clases virtuales y materiales de investigación.

Salud: telemedicina en territorios remotos

El internet satelital está habilitando la telemedicina en clínicas rurales, permitiendo conectarlas con especialistas y realizar consultas médicas a distancia, monitoreo remoto de pacientes e interpretación de resultados sin necesidad de traslados largos y costosos. Esta reducción en la carga logística impacta directamente en la eficiencia del sistema de salud y en la oportunidad diagnóstica, beneficiando especialmente a comunidades donde el acceso a especialistas es prácticamente inexistente.

Desarrollo productivo y empoderamiento económico

El proyecto “Comunidades Conectadas” impulsado por el Sistema de las Naciones Unidas en Chile instalará 50 puntos de internet en Ñuble y La Araucanía, beneficiando a más de 8.500 personas durante tres años. La iniciativa capacitará a 2.000 pequeños agricultores, mujeres, jóvenes y comunidades indígenas en habilidades digitales para comercio electrónico, fortaleciendo su autonomía económica y participación en la economía digital.

En Tarapacá, la instalación de cinco puntos de conectividad satelital en comunas de Colchane, Pica y Pozo Almonte beneficia a 520 familias de localidades como Ancovinto, Valle de Quisma, Pintados y Huatacondo. Raúl Peñailillo, director de ventas de Hughes, destacó que “la geografía de Chile es muy diversa y en este sentido el internet satelital se ha transformado en un habilitador en el proceso de reducción de la brecha digital”.

Isla de Pascua: transformación en el territorio más aislado

En Isla de Pascua, ubicada a 3.500 kilómetros del continente, la llegada de Starlink literalmente “cambió sus vidas”, según testimonios de residentes. Un usuario de Reddit reporta que “la gente ahí dice que Starlink cambió sus vidas, buena velocidad y estabilidad”. Esta transformación es significativa considerando que la isla dependía históricamente de enlaces satelitales geoestacionarios con alta latencia y capacidad limitada.

Desafíos y limitaciones de la conectividad satelital

Costos de entrada prohibitivos

Aunque los planes mensuales de Starlink se han vuelto competitivos ($47.000 mensuales), el costo inicial del kit de $337.000 representa una barrera significativa para familias de bajos ingresos en zonas rurales. Este desafío es reconocido por expertos que señalan que “el precio del equipo y las tarifas mensuales pueden ser un obstáculo para familias de bajos ingresos”.

HughesNet requiere un cargo único de activación de $68.990, mientras que Orbith ofrece instalación bonificada en planes anuales. La comparación muestra que aunque existen alternativas más económicas, generalmente ofrecen velocidades inferiores y limitaciones de datos más restrictivas.

Vulnerabilidad climática

Las condiciones climáticas extremas como lluvias intensas, tormentas, vientos fuertes y nubes cargadas pueden afectar la señal satelital y provocar indisponibilidad momentánea. Un usuario en Reddit reporta: “hay veces donde se caiga, hay más latencia de lo normal”, aunque enfatiza que “comparado a cosas como hughesnet es como pasar de ADSL a fibra óptica”.

La geografía montañosa y el clima extremo de lugares como el Desierto de Atacama y la Patagonia complican las operaciones, aunque varios testimonios confirman que “funciona muy bien incluso en días nublados y lluviosos”.

Latencia para aplicaciones críticas

Aunque los satélites LEO han reducido drásticamente la latencia comparado con satélites geoestacionarios tradicionales (de 477-600 ms a 20-50 ms), sigue siendo superior a la fibra óptica (1-10 ms). Esto puede afectar aplicaciones que requieren respuesta en tiempo real como cirugías remotas, trading financiero de alta frecuencia o gaming competitivo profesional.

Limitaciones de ancho de banda y obstrucciones

Los usuarios deben tener una visión clara del satélite para mantener buena señal. Árboles, edificios y obstrucciones pueden bloquear la señal y degradar significativamente el servicio. La antena de internet satelital debe posicionarse al aire libre con horizonte libre, complicando instalaciones en apartamentos o áreas con alta densidad de edificaciones.

Desconexiones temporales por cambio de satélites

Durante los cambios de satélites, los usuarios pueden experimentar pérdida de conexión de unos segundos, ocurriendo al menos un par de veces al día. Un usuario reporta: “cuando hay cambios de satélites tengo entendido que puedes perder la conexión unos segundos”, aunque para la mayoría de aplicaciones esto resulta imperceptible.

Políticas públicas y marco regulatorio

Plan Brecha Digital Cero

El gobierno chileno implementa el Plan Brecha Digital Cero 2022-2025, cuyo objetivo central es que todos los habitantes del país tengan acceso a internet como servicio público. La Subtel ha destinado más de 75 mil millones de pesos beneficiando a 196 comunas rurales y mixtas mediante el programa de Territorios Digitales. El programa Última Milla, en colaboración con gobiernos regionales, ha invertido más de 146 mil millones de pesos para mejorar la conectividad de unas 1.239 localidades.

Reconocimiento del internet como servicio público

En julio de 2024 se publicó la Ley de Internet como Servicio Público, estableciendo obligaciones para operadores y facultades para Subtel de solicitar informes técnicos y comerciales. La normativa permite eximir de ciertas obligaciones a operadores con participación de mercado menor al 2%, facilitando la entrada de nuevos actores como los proveedores satelitales.

Regulación pionera para servicios Direct to Cell

Chile se ha convertido en uno de los países pioneros en regular las comunicaciones satelitales directas al dispositivo (D2D o D2C). En 2025, Subtel modificó el Decreto Supremo N° 127 de 2006, reatribuyendo bandas de frecuencia de manera secundaria para el servicio móvil por satélite. Esta decisión posiciona a Chile como líder regional en habilitar servicios de banda ancha satelital y reconocer las nuevas tecnologías como parte del ecosistema de telecomunicaciones.

Alianzas público-privadas estratégicas

En 2022, el Ministerio de Agricultura y Subtel conformaron una mesa interministerial para generar un Plan Nacional de Conectividad Rural. El ministro Esteban Valenzuela anunció que INDAP colaboraría “con todos sus prodesales, con los gobiernos locales para tener un diagnóstico con todas las comunidades rurales que no tienen acceso a un internet básico”.

Estas alianzas han sido fundamentales para habilitar puntos de conectividad satelital donde más se necesita. Como señaló un ejecutivo de Hughes: “Gracias al trabajo conjunto con INDAP fue posible habilitar cinco puntos en la región de Tarapacá, entregándoles acceso gratuito a internet a más de 500 familias”.

El futuro: Starlink Direct to Cell y convergencia tecnológica

Chile será el primer país de Latinoamérica en habilitar Starlink Direct to Cell, una tecnología que permite conectar directamente un celular a satélites sin necesidad de antenas ni dispositivos adicionales. La alianza entre Starlink de SpaceX y Entel comenzará con envío y recepción de SMS, expandiéndose gradualmente hacia llamadas de voz y navegación por internet.​​

El servicio abarcará gran parte del territorio continental e insular chileno (excluyendo la Antártica) y también funcionará hasta 12 millas náuticas (22.2 km) desde la costa. Esta tecnología promete llevar conectividad móvil a zonas remotas o rurales donde no existe servicio por barreras geográficas o falta de infraestructura.​​

Expertos como el periodista tecnológico Axel Christiansen señalan que aunque es complicado pensar en un futuro con conectividad 100% satelital, “podemos converger hacia un mundo más o menos híbrido”, donde las tecnologías satelitales complementen las redes terrestres según las necesidades y características de cada territorio.

¿Realmente el fin de la brecha digital?

La evidencia sugiere que la batalla de los satélites de internet está transformando radicalmente el acceso a conectividad en zonas aisladas de Chile, pero hablar del “fin” de la brecha digital sería prematuro. Los avances son innegables: la brecha de acceso entre zonas urbanas y rurales se redujo de 5.5 puntos porcentuales en 2023 a solo 2.3 puntos en 2024, la más baja desde que existen registros comparables.

Sin embargo, persisten desafíos estructurales que van más allá del acceso técnico. Como señala el subsecretario de Telecomunicaciones Claudio Araya, el desafío hoy “es asegurar que la conectividad rural deje de ser una excepción y se transforme, por fin, en uno de los motores que impulse el desarrollo de la ruralidad en el país”.

La conectividad satelital es un habilitador fundamental, pero requiere complementarse con:

Desarrollo de habilidades digitales: No basta con tener acceso; las comunidades necesitan capacitación para aprovechar las oportunidades de la economía digital.

Pertinencia cultural: Para pueblos indígenas, las tecnologías digitales deben adaptarse culturalmente, incluyendo contenidos en idiomas originarios para evitar la asimilación cultural.

Sostenibilidad económica: Los modelos de subsidio a la demanda y alianzas público-privadas son esenciales para que familias de menores ingresos accedan a estos servicios.

Infraestructura complementaria: La conectividad digital requiere acceso simultáneo a electricidad, dispositivos y soporte técnico local.

Como afirmó Benjamín Valverde de Hughes en Chile Digital 2025: “Las condiciones están dadas para eliminar un componente de la brecha digital… la brecha digital cero puede ser una realidad”. Pero esta realidad dependerá de la convergencia entre innovación tecnológica, políticas públicas consistentes, inversión sostenida y un enfoque integral que reconozca que la transformación digital es mucho más que acceso a internet: es una herramienta de equidad territorial que debe acompañarse de desarrollo educativo, económico y social.

La batalla de los satélites ha comenzado y Chile está bien posicionado como pionero regional. El desenlace no será la eliminación total de las brechas de la noche a la mañana, sino un proceso progresivo donde la tecnología satelital actúa como catalizador de un desarrollo más equitativo e inclusivo para las zonas históricamente postergadas del país.